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Todo depende de las ganas que le pongas
La educación, tanto privada como pública, es de calidad, todo depende de cómo afrontes las posibilidades que tienes para explotar al máximo el potencial que posees.
Me llamo Jhoan Banner Duarte, tengo 16 años y actualmente estudio en la Institución Educativa Distrital Liceo Samario y pertenezco al grupo de investigación CIT (Ciencia, Innovación y Tecnología). Quiero contar mi experiencia en el colegio y la visión que tengo sobre la educación.
Durante mi paso por la educación he estudiado en seis instituciones educativas de las cuales tres son públicas y tres son privadas, en ellas he logrado compartir con personas muy diversas y creo he rescatado lo mejor de cada uno de ellas.
Nací en Bucaramanga donde estudié mis primeros años del colegio en dos instituciones privadas donde, recuerdo siempre intente sobresalir de los demás ya que siempre he sido alguien de pocos amigos, mi madre que desde siempre me ha dicho que la educación es lo más importante en una persona ayudó a inculcar en mí ese deseo por aprender.
Después de concluir mi primer año de primaria, nos mudamos a Cúcuta donde estudié en un colegio público del que mi recuerdo más valioso es que cuando llegábamos en las mañanas hacíamos competencias con las tablas de multiplicar y en mi afán por sobresalir llegue a aprenderlas todas en muy poco tiempo.
Después en el colegio General Santander de Villa del Rosario mi amor por las matemáticas empezó a surgir bajo la conducción de la mamá de mi amigo Bryan quien nos hacía tutoría en las tardes mientras mis padres trabajaban.
Luego en el Instituto Adventista de Cúcuta conocí que la educación del sector privado puede llegar a ser muy exigente y también muy satisfactoria. El profesor que más me marcó en esta institución fue mi profesor de educación física, materia que muchos podemos pensar es una materia insignificante pero él me hizo amarla, atletismo hasta voleibol cada trimestre aprendíamos algo nuevo.
Mi profesor de educación física era Andrés Bello graduado con honores de la Universidad de Pamplona e hizo una maestría en Cuba, fue el primer gran personaje del que tengo recuerdo y quien me inspiró a estudiar cada vez más pero primordialmente estudiar algo que te haga sentir bien no importa que materia sea.
Dos años después debido a la situación económica en frontera nos mudamos a Santa Marta donde reingrese a este mundo de la educación pública y empecé a destruir ese paradigma que me habían de cierta manera sugestionado sobre la calidad de ella. En mi primer año en el Liceo Samario entendí que tanto en los colegios privados como los públicos lo que aprendes depende de ti mismo, las herramientas siempre van a estar disponibles y que solo debes buscarlas.
En el Liceo Samario mis deseos por aprender fueron creciendo y me di cuenta que los profesores son un apoyo inmenso para cada uno de nosotros. En décimo grado, el profesor Edwin inició un grupo de investigación que denomino C.I.T. Desde un principio quise ingresar, pero no lo logré porque olvide enviar la información en las fechas que correspondía no fue sino hasta el año siguiente que ingresé al grupo y empecé a participar de sus actividades.
Las lecturas iniciales de cada reunión son la parte que más me gusta en el CIT ya que nos ayuda a mejorar nuestra comprensión lectora y crear pensamiento crítico, también estimulan el debate y son objeto de muchas risas y camaradería.
También los videos que vemos en YouTube nos inculcan el pensamiento de que podemos utilizar de una mejor manera las herramientas informáticas y aumentar nuestros conocimientos en cualquier terma.
Para mí la educación tanto privada como pública tiene una gran calidad y todo depende de cómo afrontes las posibilidades que tienes y que te dan para aprender y explotar el potencial que posees.
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