Nuestros aprendices vienen con la información prácticamente incluida, pero carecen de lo más importante: las herramientas para convertir esa información en conocimiento.
Los tiempos que se asoman demandan una educación ubicua enfocada en aumentar las competencias para relacionar información y compaginarla con valores compartidos socialmente. Estamos en el umbral de comenzar a producir personas inteligentes pero no hemos llegado.
¿Para qué queremos aprender en la sociedad del conocimiento y cómo se logra ese objetivo? Es necesario anticipar lo que puede estar más allá del horizonte.