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Los argumentos
Hoy más que nunca en la Colombia del posconflicto urge desarrollar la competencia argumentativa en nuestros estudiantes; de esto trata la experiencia ganadora del Premio Compartir del profesor Henry Alberto Berrío.
Filósofo de profesión, maestro de oficio y vocación ese es Henry Alberto Berrío Zapata, Gran Maestro 2007.
Desarrolló una estrategia que parte de la lectura de textos filosóficos en la que los estudiantes identifican problemas, tesis, argumentos y conclusiones para posteriormente elaborar ensayos que reflejen sus aprendizajes.
Es un convencido de la potencia de los elementos discursivos para la formación de personas con argumentación crítica, lo que a su vez, en palabras del profesor Henry Alberto, permite la estructuración del pensamiento.
Algunos piensan que argumentar es simplemente exponer las mismas ideas de una manera diferente. Pero realmente significa, según Anthony Weston, ofrecer un conjunto de razones para apoyar una conclusión o apoyar opiniones con razones. En este sentido, nos dice el profesor Berrío, los argumentos son esenciales para indagar, escribir y evaluar otros argumentos. Así, la experiencia del profesor se estructura alrededor de orientaciones específicas, ilustradas y aplicadas de lo que significan los argumentos.
El colegio debe ser el lugar por excelencia que les permita a los estudiantes el desarrollo de unas capacidades mínimas y la construcción de una base común sobre la argumentación.
Continuamente estamos señalamos que con el actual sistema educativo los estudiantes no desarrollan competencia argumentativa, es decir, no cuentan con la capacidad para construir un punto de vista y defenderlo a partir de unos argumentos. Pero dada la importancia de esta competencia en la formación integral de los estudiantes, sobre todo para el ejercicio de la democracia, experiencias como la del profesor Henry Alberto son fundamentales para facilitar la formación de estudiantes líderes, capaces de dar a conocer sus ideas y argumentar en favor de ellas, sea con un interlocutor, frente a un grupo de pares o en un salón de clases.
Así pues, una de las tareas del profesorado es reconocer y valorar desde edades tempranas aquellas manifestaciones orales o escritas de la competencia argumentativa, a partir de actividades como los debates en el aula motivados por la lectura de diferentes tipos de textos o, situaciones de la cotidianidad de la Institución Educativa que les implique a los niños y jóvenes defender un punto de vista con sus respectivas justificaciones.
Henry Alberto nos asegura que si a los jóvenes se les acompaña didácticamente en este proceso de desarrollar la argumentación, ellos cada vez se exigen más y en consecuencia, dan más. Igualmente considera que el colegio debe ser el lugar por excelencia que les permita el desarrollo de unas capacidades mínimas y la construcción de una base común sobre la argumentación.
Hoy más que nunca en la Colombia del posconflicto urge desarrollar la competencia argumentativa en nuestros estudiantes, de tal manera que aprendan a resolver sus conflictos a partir de la palabra oral o escrita, para que reconozcan que el verdadero poder es el que se ejerce a partir de la fuerza de los argumentos.
Saber argumentar constituye, para todos los actores de una democracia, el medio fundamental para defender sus ideas, para examinar de manera crítica las ideas de los otros, para rebatir los argumentos y resolver conflictos. Para un adolescente, saber argumentar puede ser aún más importante: constituye el medio para canalizar, a través de la palabra, las diferencias con la familia y la sociedad.
De esta manera, el mayor logro de ésta experiencia es haber desarrollado las competencias argumentativa, discursiva y reflexiva en los estudiantes de 10° y 11° grados de la institución educativa en la que laboraba Henry Alberto en ese entonces.
¡Felicitaciones maestro!
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