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Colombia, un país sin memoria que necesita perdonar

Septiembre 11, 2018

Durante los últimos 50 años Colombia se ha visto sumido en el dolor de la guerra, un dolor que compartimos como país, como hermanos y como compatriotas, el dolor que la guerra ha traído ha afectado al país desde las esferas más vulnerables hasta las más altas y privilegiadas y este conflicto ha logrado nublar nuestra visión sobre la memoria y el perdón, pues eso es lo que sucede cuando la tragedia toca la puerta de nuestras vidas.

Durante muchos años el país ha confundido el perdón con el olvido y eso ha imposibilitado el proceso de la construcción de un país en paz, pues seguimos moviéndonos en esos círculos viciosos de la venganza y la revancha, que finalmente a lo único que nos lleva es a la extensión de un conflicto en el que nadie gana, sino que al contrario produce dolor y miseria y al analizar esto es cuando se hace latente la necesidad de una institución que nos ayude a reconstruir la verdad.

El Centro de Memoria Histórica es una herramienta muy importante en la reconstrucción de la verdad, así como el mismo centro lo establece en su misión, la verdad puede ser el instrumento para la reparación y la reconciliación, pues no simplemente ayuda a hacer visibles las historias de muchos colombianos que han sufrido los horrores de la guerra, presentando sus testimonios y haciendo que sus historias sean escuchadas, sino que integra a todas las poblaciones y a las distintas partes del conflicto.

A la fuerza laboral del CNMH se une el profesor Arturo Charria, quien a lo largo de su carrera ha estudiado y buscado la verdad detrás de la tragedia que el conflicto ha causado. Charria nos presenta la experiencia que como maestro ha vivido frente al conflicto y las distintas voces de las víctimas que ha recogido a lo lago de los años, inicialmente como maestro y posteriormente como funcionario del centro de memoria histórica.

Durante su labor como maestro, el profesor Charria se ha tomado muy enserio la construcción de una memoria que ha sido olvidada para convertirse en rencor, de esa necesidad de materializar la verdad nace su propuesta de “Los museos de verdad” que pretenden hacer una reflexión frente al conflicto y a la magnitud que este ha tenido.

El proyecto se realiza inicialmente en el colegio Los Nogales, un colegio de bastante reconocimiento en el ámbito educativo de la ciudad de Bogotá, en el que se pensaría no hay mayor cabida para el dolor de la guerra, pues sus estudiantes provienen de familias adineradas, pero esta idea puede ser bastante alejada de la realidad, como el mismo Charria lo explica, la guerra no distingue edad, raza, estatus social o género, la guerra es un monstruo que acaba con lo que toca.
El proyecto realizado en el colegio Los Nogales contó con la participación de los estudiantes de grado 11°, quienes tomando objetos de su cotidianidad decidieron narrar su experiencia y como la vida también ha sido difícil para ellos, tal vez sus historias estén lejos de la selva, pero no están lejos de ser terribles y desgarradoras.

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Estudiante de la Cátedra ‘Maestros hacen maestros’ en la Universidad de La Salle.
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Martial Heriberto Rosado Acosta
Gran Maestro Premio Compartir 2004
Sembré una semilla en la tierra de cada estudiante para que florecieran los frutos del trabajo campesino en el campo que los vio nacer