Crónica de una Jornada de Práctica Reflexiva

Cuatro de la madrugada. Los seis docentes que viajamos desde Bogotá nos saludamos en el punto de encuentro y emprendemos el trayecto de 4 horas para reunirnos con los demás miembros del grupo de reflexión permanente: La Otra Orilla.

Al encuentro acudimos docentes de cuatro departamentos geográficos. La cita es en Flandes, municipio equidistante de los lugares de todos. Somos un grupo de estable de 14 docentes que cada mes nos reunimos en una jornada de un día entero, que complementamos con espacios virtuales, sincrónicos y asincrónicos de trabajo.

Nos vincula el interés compartido de generar conocimientos que aporten a la transformación de las prácticas docentes en escuelas del país, en campos relacionados con el lenguaje y la literatura. Consideramos valioso y legítimo el conocimiento generado a partir del análisis detallado de las prácticas docentes, en nuestras aulas, de diferentes contextos socio – geográficos, y diferentes niveles educativos. Estos encuentros se desarrollan desde hace 7 años de manera ininterrumpida.

Una jornada de trabajo transcurre así: de 7:30 a 9:00 AM algunos asistimos a una escuela del municipio de Flandes, que se ha convertido en uno de nuestros laboratorios de trabajo. Allí ponemos en práctica una propuesta didáctica que se ha diseñado colectivamente, en la sesión del mes anterior, se ha discutido y ajustado, se han diseñado las intervenciones, los materiales, etc.

Alguno de los miembros del colectivo tiene a cargo la sesión con los chicos de una de las aulas. Los asistentes tomamos notas “en caliente”, en nuestras bitácoras, de las reflexiones que nos suscita la práctica, y filmamos la sesión de manera detallada, con dos o tres cámaras, pues nos interesa registrar el nivel micro de las interacciones de los chicos, sus conversaciones, las decisiones que va tomado el docente que interviene, la pertinencia de los materiales, etc.

Estos registros serán analizados colectivamente en sesiones virtuales, con el propósito de generar un conocimiento al respecto, y para diseñar la siguiente propuesta. El análisis de lo ocurrido se discutirá en la sesión del siguiente mes, siempre soportado en un texto escrito, que será leído previamente por todos, y en un material audiovisual que ilustra las afirmaciones y análisis que se plantean.

Por supuesto que esos textos dialogan con el referencial teórico específico, pero no en una relación de subordinación. Nos interesa privilegiar el conocimiento derivado del análisis detallado de lo que ocurre en las aulas, alimentado de las reflexiones colectivas, registradas en las transcripciones y en las memorias de las sesiones. Contamos con varias publicaciones y un plan anual de escritura.

Hemos descubierto que las conversaciones, discusiones y análisis que hemos adelantado durante estos años son una fuente valiosa de saberes que si se analizan y procesan de manera sistemática pueden generar conocimientos de un carácter diferente de aquellos que hallamos en la bibliografía proveniente de los centros de investigación y las universidades, pues la fuente de la que proviene es de naturaleza distinta.

Llevamos cientos de horas sentados, tomando nuestras prácticas como objeto de análisis, conversando sobre el interés que nos convoca. Esto constituye la razón por la cual destinamos madrugadas, tiempos recursos y esfuerzos, pues hacemos parte de algo que nos convoca, nos compromete políticamente, nos apasiona pedagógicamente…

Lea el contenido original en la página web de Práctica Reflexiva.

Referencia:

Oakeshott, M. (1981). La voz de la poesía en la conversación universal. En Centro de Estudios Públicos. Consultado el 14 de febrero de 2019. Disponible haciendo click aquí.

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