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El aprendizaje sincero: contra el postureo educativo
Todo aprendizaje necesita de información y motivación, y para ser significativo y perdurable, necesita procesar más que memorizar.
Vivimos en la sociedad de la apariencia, donde se valora más parecer que ser, tener que saber. Hoy lo importante para triunfar no es lo que sabes, sino lo que aparentas saber. En psicología se conoce como complejo de Eróstrato al trastorno que lleva a una persona a querer ser el centro de atención, a destacar a cualquier precio. Y creo que es un mal muy extendido en el mundo actual.
Las redes sociales (facilitan mostrar una imagen idealizada de nuestra realidad), la infoxicación (recibimos cada vez más información y no hay tiempo para leerla y menos aún para asimilarla), las fake news (lo importante no es la veracidad de la información, sino su impacto) son algunos de los ejemplos que condicionan nuestra manera de estar en el mundo y de comprenderlo. Y la educación no es ajena a esto...
Vaya por delante que todos hemos utlilizado el postureo alguna vez, yo el primero. Pero, ¿merece la pena ese tipo de reconocimiento? ¿Aporta algo positivo a nuestra forma de afrontar la vida? Cuando alguien aparenta saber y no sabe, tarde o temprano pone en evidencia su incapacidad o lo que es aún peor puede estar haciendo un mal irreparable. Es por eso que creo que debemos acabar con el postureo educativo.
Propongo que la educación que transmitamos en nuestras escuelas tenga como consecuencia un aprendizaje sincero. Todo aprendizaje necesita de información y motivación, y para ser significativo y perdurable, necesita procesar más que memorizar. No es que la memoria no sea importante, lo es y mucho, lo que no es lícito es potenciar la memoria a corto plazo para aprobar un test y desechar el contenido al cabo de poco tiempo. Este no debe ser el objetivo de la educación que impartimos en nuestras escuelas, ni el resultado para nuestros alumnos.
Un aprendizaje sincero es perdurable, adaptable, significativo y extrapolable. Un aprendizaje que no se base en el postureo sino en el conocimiento facilitaría que nuestro sistema educativo acabara con el abandono escolar temprano, del que somos (España) número uno en Europa. Hay que crear espacios de aprendizaje formal que den cabida al mayor número de personas para que no queden al margen de la sociedad y puedan aprender para tener una vida más plena.
Desde aquí quiero pedir encarecidamente a todos los miembros de la comunidad educativa que hagamos un esfuerzo por dejar de lado el postureo y por sentar las bases de una educación que cumpla con el objetivo de formar personas capaces de cambiar el mundo, de adaptarse a las circunstancias cambiantes y de tener un pensamiento crítico y sostenible.
Contenido publicado originalmente en El Blog de Salvaroj bajo licencia Creative Commons.
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