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Educación digital: pedagogía en línea
Mike Sharples examina un estudio acerca de la gran migración a la educación digital desde la “enseñanza invertida” con los MOOCs.
Artículo tomado de: http://www.nature.com/nature/journal/v540/n7633/full/540340a.html
Traducción: Palabra Maestra
En 1993, el educador en tecnología Seymour Papert mencionó, que un maestro del siglo XIX que se transportara a mediados de los años noventa, podría sentirse como en casa en el aula de clase; pero después de veinte años, esto ya no ocurre así.
Los maestros de gran parte del mundo desarrollado usan ahora tableros inteligentes, tabletas y un aprendizaje colaborativo centrado en los estudiantes y basado en proyectos. Hoy en día, las universidades están adoptando la enseñanza de una manera invertida: los estudiantes aprenden en línea y resuelven las dudas en el aula de clase, e incluso algunos pueden acceder a equipos de laboratorio y telescopios.
Ciertas instituciones, tales como la Universidad de Waterloo en Canadá y la Universidad Massey en Palmerston North, Nueva Zelanda, mezclan la enseñanza en línea con la enseñanza en la universidad. Los Cursos Online Masivos y Abiertos (en inglés, MOOCs) involucran a personas de todo el mundo mediante el estudio y la conversación. El cambio continuo está provocando un temor existencial entre algunos de los miembros de la facultad, ya que perciben que los maestros están siendo reemplazados por computadoras y ciertas universidades se trasladarán a la enseñanza únicamente virtual en la próxima década.
Estos cambios albergan una emoción, que se puede leer en el texto Going Online: Perspectives on Digital Learning escrito por Rober Ubell, el cual deja ver el punto de vista de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Tandon de Nueva York, en donde Ubell dirige el Departamento de Educación Digital. Por lo tanto, el autor comienza descubriendo que la educación universitaria tradicional no ha logrado involucrar a los estudiantes en el aprendizaje activo y cuanto más dedicada sea una lectura, por ejemplo, más se puede dar una falsa impresión de que los estudiantes realmente han absorbido el material.
Adicional a eso, Ubell sostiene que el aprendizaje en línea permite que los estudiantes procesen la información a su tiempo, pudiendo tomar una posición en las discusiones y hacer preguntas de manera anónima, sin tener miedo a desprestigiarse. Esto exige una nueva pedagogía: la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación para comunidades de aprendizaje activo, y por consiguiente, los académicos deberían trabajar con diseñadores de páginas web y tecnólogos educativos a fin de crear condiciones que permitan a los estudiantes controlar el ritmo y la dedicación del aprendizaje, y no seguir compartiendo y respondiendo a otras ideas totalmente opuestas.
Ubell también tiene razón cuando sostiene que el anonimato puede ayudar a los estudiantes poco seguros o que carecen de fluidez en el idioma; no obstante, un aspecto importante de ir a la universidad es que te permite aprender a desafiar y debatir. Algunas plataformas de MOOCs, tales como FutureLearn, promueven discusiones constructivas con miles de estudiantes que aportan perspectivas globales a temas muy comentados como el cambio climático.
Going Online muestra que hay muchas maneras de migrar la educación a Internet. Todo lo que se requiere es que las instituciones se comprometan a abrir el término enseñanza, pasando de una relación profesional entre el maestro y el estudiante, a un proceso corporativo. Lo anterior implica decidir sobre el entorno de aprendizaje en línea (ya sea Moodle, Blackboard o Canvas), si se debe usar un proveedor de MOOC, cómo se deben negociar los derechos de propiedad intelectual y cómo compensar al personal. Las universidades que ofrecen un aprendizaje en línea podrían estar sacrificando a la humanidad al ofrecer a los estudiantes autonomía y un aprendizaje activo.
El camino de la enseñanza masiva en línea ofrecida por algunas universidades con fines de lucro, es como lo hace la Universidad de Phoenix en Arizona a través del aprendizaje combinado, donde los estudiantes tienen el plan de estudios en línea y lo llevan a cabo con el material proporcionado por medio de fuentes incluyendo MOOCs, páginas web y simulaciones interactivas de ciencias. Igualmente, se les impulsa a usar las redes sociales para compartir el conocimiento y el aula se convierte en un sitio para explorar un tema a profundidad resolviendo problemas, debatiendo y evaluando.
En Ciencias, los estudiantes pueden adquirir experiencia con equipos de laboratorio, así como reservar acceso remoto y analizar datos en línea. El aprendizaje combinado es efectivo para la formación y el desarrollo profesional, por ejemplo, la iniciativa de aprendizaje vocacional en línea DUAL-T del Gobierno suizo une la brecha que hay entre el aula y el área de trabajo.
Sin embargo, un académico que ha pasado toda su carrera enseñando en un aula de clase, podría sentirse incómodo con este cambio al sentir que se está facilitando el aprendizaje, no obstante, gracias al aprendizaje en línea y a las redes sociales, los profesores de hoy en día han crecido y emergido, y muchos de ellos lo han hecho gracias a que han utilizado herramientas de colaboración como Slack y comunidades profesionales como LinkedIn y Stack Exchange.
En el libro, un estudio del año 2000 realizado por Ubell y su compañero Hosein Fallah, compara dos cursos, ambos con el mismo profesor y con contenidos idénticos, pero con la diferencia de que uno fue impartido de manera presencial y el otro en línea. Los resultados fueron inconclusos debido a que las cifras no eran muy grandes (solo 7 estudiantes estudiaban en línea y 12 en el campus).
Una mejor demostración la da un metaestudio dirigido por la psicóloga Barbara Means (de quien se habla brevemente en el libro), en el que se analizaron más de 1.000 estudios empíricos. Los resultados arrojaron que, en promedio, los estudiantes que participan en el aprendizaje en línea tienen un mejor desempeño a comparación de los que toman clases presenciales y la ventaja fue mucho mayor para el aprendizaje combinado (B. E. Means y otros, Evaluación de prácticas basadas en la evidencia del aprendizaje en línea, Departamento de Educación de los Estados Unidos, 2009).
Como Ubell lo indica, los críticos del aprendizaje en línea generalmente apuntan a los sistemas de entrenamiento y MOOCs que ofrecen conferencias grabadas. El éxito de la educación digital proviene del aprendizaje de redes sociales que tienen acceso global a material en línea, a cursos abiertos de alta calidad y a discusiones dinámicas entre compañeros.
Esta nueva forma de aula de clase funciona en Nueva Delhi y Nueva York, y requiere una perspectiva descentralizada para crear comunidades de proveedores de educación y estudiantes, acogiendo diferentes perspectivas culturales y pedagogías; siendo los pioneros universidades comprometidas con la educación abierta global, como la Universidad Abierta en Milton Keynes, Reino Unido; El Instituto de Tecnología de Massachusetts en Cambridge; la Universidad Athabasca de Canadá; y la Universidad de Ciudad del Cabo en Sudáfrica.
En cuanto a las universidades tradicionales, están encontrando este paso mucho más difícil. Pero así como la educación moderna se está convirtiendo en una mezcla de fuentes y servicios, Going Online se reconstruye a partir de documentos previamente publicados y actualizados, lo que significa que hilar con una narrativa coherente puede resultar desafiante, aunque además, el libro capta aspectos de un sistema educativo en transición que va de la enseñanza en el campus a la empresa global.
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