Una iniciativa con toques de esperanza para Colombia

El panorama de la educación en las zonas rurales del país no es nada alentador, teniendo en cuenta que, el 12% de los campesinos colombianos no saben leer ni escribir, el 78% de los menores de cinco años permanecen bajo el cuidado de sus padres en la casa o en el trabajo y solo el 17% asiste a una institución educativa. Pero además, el 20,3% de los niños entre 5 y 16 años no tienen acceso a la educación y únicamente el 31,9% de los jóvenes de 17 a 24 años van al colegio o a la universidad. 

Esta situación motivó a Bancolombia a crear en el 2001 Letras van por Colombia, como parte de sus programas de apoyo a la infancia y la educación, inspirado en una radiografía nacional sobre las pocas oportunidades de las comunidades rurales para acceder a escuelas, bibliotecas y libros. Y es así como docentes capacitados se transladan día a día a zonas como Muzo, Boyacá; Llanos de Cuivá, Antioquia; y Yarumal, Antioquia, a donde deben llegar en bus escalera o chiva luego de varias horas de camino destapado para estimular la lectura no solo en niños, niñas y jóvenes, algunos invidentes, sino también en padres de familia y docentes, quienes incluso no saben leer ni escribir.

En estos 15 años Bancolombia a través de la Fundación Alberto Merani, se ha desplegado en 205 municipios de 17 departamentos del país beneficiando directamente a 9.441 niños, niñas, jóvenes y adultos e indirectamente a 20.944, pudiendo abarcar el problema del analfabetismo y propiciando diferentes espacios entre padres e hijos, lo que permite que estrechen lazos, compartan más tiempo juntos y a largo plazo, logren tener un escudo ante los vicios y las armas.