Usted está aquí

¿Qué es la otredad y por qué necesitamos entenderla?

La identidad personal puede ser la razón por la que socialmente se identifica a una persona como “el otro”, es decir, no perteneciente a nuestro grupo.

Febrero 8, 2022

La idea de la otredad es crucial para la sociología y el estudio de las identidades sociales, este concepto existe gracias a que somos seres sociales, necesitamos de la presencia y cooperación de otras personas para sobrevivir. Cuando se forma un grupo para este propósito tenemos una sociedad, las personas dentro de esta unidad se definen como “nosotros”, y los “otros” son quienes no comparten identidad o pertenencia con este grupo.

Para entender la otredad, necesitamos hablar sobre lo que significa la identidad dentro de un grupo. La identidad social no es exactamente lo mismo que la identidad personal. El propósito de la identidad personal es el ser y la expresión, si hablamos de la identidad social, el punto es la identificación y el reconocimiento, como explica Salma Abdul-Magied, miembro del programa de Maestría en Exclusión Social de la Universidad Abo Akademi en Finlandia en su tesis titulada Othering, Identity and Recognition: The Social Exclusion of the Constructed ‘Other’. A pesar de esta diferencia en definición, la identidad personal y la social están altamente relacionadas. “La identidad personal usualmente es la razón por la que a nivel social se identifica a una persona como el otro”, menciona Abdul-Magied referenciando al profesor Fred Dervin de Educación Multicultural de la Universidad de Helsinki en su texto: “Discourses of othering”.

La otredad es el resultado de un proceso filosófico, psicológico, cognitivo y social a través del cual un grupo se define a sí mismo, crea una identidad y se diferencia de otros grupos. Bajo este contexto, la identidad y la otredad van de la mano. Al presentarse como hombre, una persona se describe como alguien que no es mujer; al identificarse como blanco, se ubica en un grupo racial diferente al de las personas asiáticas o negras.

Este ejercicio puede tener una carga negativa cuando las diferencias (reales o imaginarias) con otros grupos se estigmatizan y son potencial para la discriminación entre estas unidades. La dinámica se complica cuando hablamos de grupos dominantes y desbalance de recursos, justicia y empatía entre mayorías y minorías sociales.

La otredad, en la exclusión y la inclusión

Las anteriores ideas sobre las similitudes que construyen un “nosotros” y las diferencias que constituyen a los “otros” son centrales en el camino de la codificación social, la pertenencia y la jerarquización de grupos humanos. Usualmente las identidades tienen un concepto de exclusividad, como sostiene Zuleyka Zevallos, doctora en Sociología por la Universidad de Tecnología en Swinburne Australia. Filosóficamente hablando, es una situación similar a la de unirse a un club u organización, la membresía depende de llenar un conjunto de criterios designados. Estos son creados o construidos por los grupos sociales a los que pertenecemos. Para que esta organización tenga sentido es necesaria la existencia de más de un grupo, y para tener varios debe haber gente que no pertenezca a “nuestro” grupo, de otra forma todos perteneceríamos y nadie lo haría a una sola unidad.

La otredad define a las personas con base en las diferencias que tienen con el grupo que vemos como nosotros. Esto puede ser enriquecedor si vemos la diferencia como un complemento, un camino a la comunicación y el aprendizaje. Pero históricamente ha sido el punto de partida para la jerarquización sistémica, el conflicto bélico, la opresión de minorías sociales, religiosas, raciales, sexuales, de género y más. Al referirnos a alguien como “el otro” y no “uno de nosotros” se establece esa distancia social, relacional, psicológica y emocional que permite cruzar límites que no serían admisibles dentro de nuestro propio grupo. 

¿Cómo lo aterrizamos a educación?

La anterior explicación si bien es útil para dimensionar la raíz de conflictos y desigualdades sociales si eres maestro, es por demás compleja para los niños y jóvenes que conforman las aulas. Más que hablar de la otredad como concepto, es más fácil usar ejemplos concretos de cómo impacta la otredad en las dinámicas sociales. En artículos anteriores hemos planteado ejemplos como el racismo en la historia del pensamiento humano y la ciencia, así como la discriminación por género y su rol en la explicación privilegiada y la invisibilidad de las minorías dentro de la producción científica. 

En términos aún más simples, la otredad parte de la diferencia pero la clave es enseñarla como la base de la diversidad y la inclusión. La óptica para referirnos a la otredad en el aula es clave para un entendimiento general de las diferencias como algo tanto positivo como igualitario. 

¿Habías escuchado sobre el concepto de otredad? ¿Piensas que es una idea importante de entender con todas las conversaciones acerca de inclusión y justicia social hoy en día? ¿Tratas de abordar el tema en clase? ¿Cómo lo haces en grupos de niños en educación básica? ¡Cuéntanos en los comentarios!

Contenido publicado originalmente en el portal del Instituto para el futuro de la educación del Tecnológico de Monteerrey bajo licencia Creative Commons 4.0. 

 

 


Imagen pixabay.com

Boletín de noticias
Registre su correo electrónico para recibir nuestras noticias.
Escrito por
Licenciada en Estudios Humanísticos y Sociales en la Universidad de Monterrey.
No hay votos aun
Estadísticas: .
Laura María Pineda
Gran Maestra Premio Compartir 1999
Dar alas a las palabras para que se desplieguen por la oración y vuelen a través de los textos para que los estudiantes comprendan la libertad del lenguaje.