Con demasiada frecuencia, los estudiantes piensan que no son creativos porque algo como dibujar o tocar un instrumento no les resulta fácil. Cambie esa percepción así.
Sabemos lo paradigmático que ha sido la pandemia, porque nos ha hecho repensar y, por qué no, reestructurar nuestras comprensiones de formación y aprendizaje.
El proceso de crear y el espacio que se da para ello ayudan a mejorar la salud mental de los estudiantes, luchando contra la depresión y ansiedad que genera el siglo XXI.
Tenemos que ver a nuestros alumnos, ver qué les inspira, qué les llama la atención, qué se les da bien, qué les entusiasma, cuáles son sus miedos o temores.