La sabiduría de la pedagogía es comenzar desde un lugar de confianza y oportunidad, algo más fácil de decir que de vivir y es lo que los maestros también merecen.
Logré vincular el aula y la comunidad rural a través de expediciones que marchaban tras la huella de la cultura local en tertulias de lectura que se convirtieron en lugares de encuentro entre los padres, los hijos, los textos y la escuela.
El alumno debe ser el centro del proceso de aprendizaje, el profesor deberá convertirse en un mentor que guíe su aprendizaje y la tecnología en un soporte para el aprendizaje.